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Armando, Sergio, Cesario, Moisés, bajo la Anarquía Universitaria

Posted On Wednesday, 12 August 2015 18:10 Written by

La lucha de los cuatro, es el sentir de una época y de un momento histórico trasconfigurado. No son penalizados y judicializados por revoltosos y haraganes como lo señalan sectores de la opinión pública del país y las autoridades universitarias. La lucha de los cuatro, que también es la tuya, merma nuevos senderos de reivindicación y devenires por una universidad libre de pensamiento, donde se recree la ciencia en sus niveles más cultos, las propuestas de transformación de la sociedad hondureña en sus dimensiones más progresistas y la construcción de un nuevo sujeto estudiantil a la altura de los momentos históricos.

Mi generación que emprendió los grandes avatares y complejidades del actual procesos de reforma universitaria, no fueron los cientos de estudiantes que hoy se manifiestan en contra de las medidas académicas impuestas por una tecnoburocracia universitaria, eran los inclaudicables que se posaban periodo tras periodo en la “Plaza recuperada Eduardo Becerra Lanza”. Ahí se debatían los grandes escuetos de la reforma y la verdad ocultada por las autoridades. Aquellas tardes en debate constante pudimos permear el tránsito de una historia que había sido secuestrada del imaginario colectivo estudiantil por un pensamiento único, que se arropaba bajo crisoles de academia y de ciencia.

Yo, era un chavalo tímido, que al igual que mis cuatro compañeros, cargábamos algún libro que hacía alusión a problemas vinculados con la reforma universitaria. La Plaza Eduardo Becerra Lanza, con pulmón hecho puños y la lucidez intelectual y política de los compañeros, despertaba almas inertes avasalladas por un orden universitario agresivo y déspota, que día tras día, en aquellos años venideros, desglosaban metódicamente y técnicamente el camino a seguir y las auras de un futuro universitario más allá de un orden mercantil bastardo y la lucha por un variopinto universitario con saber y sentir de pueblo.

Moisés Cáceres estudiante de Sociología, el primero de los cuatro, judicializado por haber demostrado que la representación y participación legítima de los estudiantes recae bajo las asociaciones estudiantiles de carrera y no bajo la lógica de los frentes estudiantiles, ni bajo el despotismo de las autoridades universitarias quienes imponen de dedo a los representantes estudiantiles ante el Consejo Universitario.La memoria de su padre, participante activo en la construcción de la FEUH, ha sido el trauma histórico que la Rectora Julieta Castellanos ha tratado de aniquilar, al mantener con Moisés, una denuncia personal directa, señalándolo en desprovisto y criminalizándolo como estudiante.

El estudiante de Periodismo Cesario Padilla, el segundo de los cuatro, con su crítica desde las entrañas y su sentir por la educación pública, irradian esos senderos luminosos donde el sentido público de la educación universitaria encuentra nuevas concepciones prácticas. Lo recuerdo desde el 2011 organizando y dirigiendo las conferencias de prensa del movimiento estudiantil, para dar a conocer el rumbo de las reformas académicas. Nuestras conversaciones las estampó por su indignación y esperanza hacia una nueva universidad pública alejada de los intereses bastardos del mercado y de la visión partidista de la clase política hondureña. Su padre, poeta y escritor, desde sus tiempos luminosos en la década de los ochenta y participante activo como estudiante de la universidad en el proceso de la reforma universitaria, ha mantenido la semblanza virtual de señalar los ataques contrarreforma al proceso de reforma universitaria. Hoy la Rectora Julieta Castellanos, mantiene un despotismo de intimidar la memoria de estos personajes y de señalarles como enemigos de la reforma.

El estudiante de Trabajo Social Sergio Ulloa, el tercero de los cuatro, presidente de la Asociación de Estudiantes de dicha unidad académica, despliega su voz enérgica y semblante vislumbrante connotando ese posicionamiento por la defensa de la educación pública, donde todo su sistema académico, investigativo y de extensión universitaria esté al servicio del pueblo hondureño. Sus posturas anti-neoliberales figuran por las tardes en la plaza pública de la UNAH. Sergio, representa la descolonización del saber y de la cultura en su postura. Su coqueteo hacia el estilo “descolonizador”, lo deja ser, un pensador de los tiempos modernos, una figura en contrariedad a la modernidad instrumental que ve en el sujeto un cuero cabelludo de mercancías andantes. Militante del Movimiento Amplio Universitario (MAU), el movimiento insigne y crítico hacia la reforma, resguarda en sus líneas sujetos comprometidos con la dignidad universitaria y con el fulgor de repensar la universidad pública. Hace cuatro años la rectora Julieta Castellanos ha tratado por todos lados de criminalizar al MAU y relacionarlo con las líneas de pensamiento anarquista y trotskista. Lectura errónea hacia los procesos históricos de configuración del movimiento estudiantil.

El último de los cuatro, Armando Velázquez, estudiante de Matemáticas y dirigente del MAU. Su voz enérgica y semblanza pura, me recuerda que la visión crítica y propositiva hacia los problemas de la universidad, tienen que ser procesos elementales, progresivos y profundos. Sus aportes, para comprender la construcción histórica del movimiento estudiantil universitario, ha conducido  a la creación de una nueva formación de líderes universitarios que recrean un nuevo sentir histórico y que configuran en la historia la mirada crítica y académica de un movimiento estudiantil en relación profunda con los problemas de país y con los problemas de la universidad.

Los compañeros que hoy comparecen a un sistema judicial, plagado de vicios, todos estos años anteriores han tratado de dirigir un proceso de cambio universitario. El mantenerse hasta hoy, es el reflejo del comportamiento ético y de época, que aún la juventud sigue sosteniendo y proliferando.

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