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UNAH: diálogo y represión estudiantil (1-4)

Posted On Saturday, 22 August 2015 20:19 Written by
            Foto: Diario Tiempo Foto: Diario Tiempo

¿Que provocó el intento de diálogo?

La Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, ha dejado de ser un espacio social en el cual el pluralismo ideológico y la ecología de saberes, figuren en el desarrollo de un proceso de reforma universitaria que se ha convertido en un experimento decadente.

La UNAH se ha bautizado como el espacio social donde se ensayan ferocidades de represión, criminalización, estigma, persecución y la consolidación de autoritarismos en nombre de la ciencia, de la academia y de los derechos humanos. Lo que el profesor Bounaventura de Sousa Santos plantea en su libro “Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social” al hacer referencia que el autoritarismo desde la ciencia está conectado con el autoritarismo en política, en el proceso de construcción simbólica y material del cambio social. Es así como realidades -autoritarismo académico y el autoritarismo político- conviven en su expresión material y su ropaje es mantenido a flote por las manos oscuras de los medios de comunicación universitarios y nacionales.

El desarrollo histórico de las crisis y la acumulación histórica de los descontentos sociales, en espacios sociales como  la universidad pública, nos obligan a problematizar y poner en cuestión postulados que determinen el desplazamiento de lo político, lo académico y lo social en lo interno de la universidad, en los esfuerzos de comprender lo que significa diálogo en un contexto de crisis nacional, en la cual esa metáfora alegórica , se ha convertido en la utopía para avanzar en los procesos de cambio y de emancipación social. Es por ello que en esta primera parte me detendré a analizar algunos hechos que problematicen la noción misma de un “Diálogo Nacional Universitario”.

Con esto busco dejar establecido que la apertura a la oportunidad de un diálogo, no es una opción de bondad de las autoridades universitarias, sino que el mismo es una gesta del movimiento estudiantil y por lo cual se aboga que el mismo sea comprendido bajo la dinámica y esencia misma del movimiento. De esta manera estaremos dándole a este movimiento un carácter autónomo y operativo, para avanzar hacia nuevas lecturas sobre la problemática universitaria.

Lo que ha sucedido en los últimos diez años en la universidad es el desarrollo de dos hechos de transcendencia histórica. Por un lado el desarrollo de un profundo proceso de reforma universitaria y por otro lado la gestación y proliferación de un nuevo movimiento estudiantil. Reforma que mueve sus hilos y muestra un coqueteo permanente con los valores del mercado y un movimiento estudiantil que coquetea con las categorías prácticas de la universidad popular, lo cual ha venido a provocar rupturas y visiones antagónicas en la concepción de universidad pública. Desde la tecnoburocracia universitaria se habla de una educación universitaria ligada a la competencia y desde el nuevo movimiento estudiantil se habla de una educación descolonizadora del saber y promotora de nuevas prácticas políticas.

Esos dos elementos de transcendencia en los últimos años han provocado el desplazamiento de lo político, el amortiguamiento de lo económico y la reinvención de lo social en el actual proceso de reforma. El desplazamiento político no se reduce meramente a una cuestión de dos proyectos de universidad en disputa, sino que prácticas estudiantiles que habían sido olvidadas y que han resurgido al calor de la crisis y al son de emancipaciones constantes.

Crisis, porque la universidad en su momento más oscurantista y conservador no reprimía directamente a sus estudiantes y emancipación porque la reforma universitaria no es huérfana ni vacía como lo manifiestan muchos analistas nacionales, sino que su actual proceso de transición y construcción apunta al surgimiento de nuevas subjetividades políticas y prácticas académicas.   En este último elemento sobresale el sustento práctico del actual proceso de represión estudiantil y la dinámica de un nuevo incipiente movimiento estudiantil en gestación. Este desplazamiento político producido por la reforma universitaria, apunta a la construcción de nuevas subjetividades y de colectividades que más temprano que tarde abogarán por un repunte radical del actual proceso de reforma.

El amortiguamiento económico que está pariendo el actual proceso de reforma, es la manifestación de un monopolio mercantilista que ve en la educación el instrumento de salvar vidas que consumen bienes públicos universitarios. Lo público y lo privado se presentan en este caso, como el elemento de trasfondo que ha permitido relativamente el desplazamiento político. Y es por ello que lo político apunta a cambiar la dinámica mercantil de la reforma y repuntarla a un proceso más incluyente y social. Con esto no dijo que el desplazamiento económico sea un condicionante de lo político, se es necesario considerar la autonomía de estos campos y comprender sus fuerzas y contradicciones permanentes. Es así como el amortiguamiento económico ha venido a sentar en este movimiento estudiantil, la necesidad de construir una base social que determine el resultado final de la reforma universitaria, en la cual lo público y privado se presenten como disputas permanentes.

La reinvención de lo social que está pariendo el actual proceso de reforma, es la manifestación de una emancipación política y económica de la universidad. En los actuales círculos organizativos que aglomeran al movimiento estudiantil (aunque de una manera superficial), aparecen discusiones poco homogéneas sobre el rol político, ético y cultural del actual proceso de reforma. Este desplazamiento, uno de los menos visibles, coexiste en el imaginario práctico del movimiento estudiantil y poco a poco evoluciona de tal forma, que puede ayudar a provocar rupturas importantes en la necesidad de repensar la universidad pública del siglo XXI.

Hablar de diálogo en la universidad encierra un trauma permanente de reinvención y emancipación, debido a que la represión no es un proceso alegado de la dinámica de la reforma y que el diálogo es un elemento que orilla la esencia de la actual crisis universitaria. Con este planteamiento introductorio surgen algunas incógnitas…¿La represión de las autoridades hacia los estudiantes es un carácter espontáneo o racional? ¿El diálogo nacional impulsado por las autoridades, busca deslegitimar la crisis histórica y coyuntural de la reforma? ¿La oposición estudiantil optará por la puesta en cuestión de un diálogo con crisis histórica o coyuntural? ¿Se fortalecerá o se debilitará el bloque político institucional? ¿Se fortalecerá o se debilitará la oposición estudiantil? ¿Se producirán alianzas entre estudiantes y autoridades y pactos para solventar la crisis? Trataré de responder a esas preguntas en las próximas apariciones…

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